domingo, agosto 22, 2010

Caminó toda la noche

Caminó toda la noche
El gurí se había dormido en el umbral del edificio, pegadito a la puerta principal. Una mujer quiso despertarlo para poder pasar, pero le resultó imposible. Estaba tan cansado… parecía haber caminado toda la noche.
El Cruz era un gurí alto y esbelto, de bellos ojos pardos y piel de barro esmaltado. Representaba algo más que sus once años. En su pueblito habían quedado su madre y varios hermanos, y sabía con certeza que no volvería a verlos jamás.
Un hombre le había prometido un trabajo, que Cruz en verdad necesitaba para ayudar a su madre a alimentar a sus hermanitos. El tipo era un gringo rubio de unos 35 años, que intentaba esconder su incipiente calvicie dejándose el escaso cabello hasta la cintura, logrando el efecto contrario al que probablemente deseaba, pues parecía definitivamente más viejo.
Una tarde calurosa, el gringo y el Cruz se internaron en el monte hasta llegar a un galpón que parecía abandonado. Ahí recién se le cruzó al gurí la duda por primera vez: ¿Cuál era la necesidad de ir tan lejos? Además, ya estaba casi oscureciendo y el monte nocturno no es lo que digamos un lugar apacible. Escuchó el canto de la lechuza y eso lo calmó: no podía ser un mal presagio.
Las intenciones del gringo quedaron expuestas justo al trasponer la puerta del galpón, pero era un hombre fuerte, de brazos enormes que agarraron al Cruz.
Cuanto más se apuraba en pensar qué hacer menos le salía. Respiró profundo y se abandonó a su memoria. Ahí se le apareció el recuerdo del machete. Era un machete enorme: ¿Podrían sus bracitos flacos sostenerlo? No había otra alternativa y eso decidió al gurí, que buscó a tientas en la oscuridad del galpón mientras el hombre lo sostenía con un brazo mientras con el otro lo tironeaba de la ropa.
El primer machetazo le costó, pero logró zafar al tiempo que el hombre caía pesado al suelo. No alcanzó a levantarse, que el segundo machetazo lo dejó tieso. ¿Estaría muerto? Había que asegurarse: ¿Quién le creería? Tenía que terminar todo ahí.

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