sábado, febrero 19, 2011

El arte de enseñar (Paola)

Aquel que desee convertirse en maestro del hombre, debe empezar por enseñarse así mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de que lo haga verbalmente. Pues aquel que se enseña a sí mismo y rectifica sus propios procedimientos, merece más respeto y estimación que el que enseña y corrige a otros, eximiéndose a él mismo.
Khalil Gibran

Hoy en día en que cada vez se cuestiona más la carrera y la formación docente, y se critica ampliamente la decisión de ser profesor; sería bueno dar una mirada a los motivos, las dudas y las consecuencias de ser profesor hoy. Pero antes de seguir avanzando en el análisis y reflexión de la tematica seleccionada, debemos explicar cuál es el concepto que tenemos acerca de la ‘Vocación’ , palabra que proviene del latín vocāre, que significa ‘llamado’, entiendo por vocación al derecho que todos tenemos a superarnos, a ser más, la convicción de que somos capaces de modificar realidades y hacerlas más favorables para quienes empiezan el camino de la vida. Y en este camino siempre tropezamos con las dudas: ¿cómo voy a ser yo capaz de eso? Quizás una de las respuestas que puedo hallar sería: no, no soy yo, en mi tarea individual, son los niños/ adolescentes/ jóvenes, en constante diálogo, son ellos que despiertan al mundo, ellos que logran crecer, avanzar y desarrollarse, que necesitan un apoyo para volar con alas propias, entonces el docente se transforma en el mediador, el facilitador del conocimiento y el aprendizaje, el que se prepara, estudia e investiga para que sus alumnos aprendan. Al respecto de esta reflexión, puedo considerar algunas consecuencias de ser profesor, como la maravilla, la satisfacción del cansancio, el dolor de la frustración que nos recuerda que cada día podemos aprender algo nuevo, la certeza de que nos desempeñamos en el lugar en que renace la alquimia, donde surge la magia, donde las personas forjan su futuro. En un principio mencionaré a Kant, quien pone un acento importante en la educación en gran parte de sus obras y pensamientos. Para este filósofo alemán, las dos artes más difíciles para la humanidad son la de gobernar a los hombres y la de educarlos, pues en ambos, la naturaleza no nos ha dotado de instinto alguno.‘El hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación; es lo que la educación hace de él. En la educación se encuentra el gran secreto de la naturaleza humana; por ella el hombre puede alcanzar su destino pero, ningún individuo puede alcanzarlo solo. No son los individuos sino la especie humana, la que puede lograr este fin. Dado que el hombre tiene que mejorase a sí mismo, es decir, cultivarse a sí mismo, se ve cuán difícil es la tarea. Ésta se da paso a paso en la medida en que una generación transmite a otra su experiencia. Esto significa que la educación es un fenómeno socio-cultural e histórico de carácter intergeneracional.’
Siguiendo esta línea, puedo pensar que la tarea del docente es una transmisión cultural de valores, experiencias, motivaciones, saberes; pero, sobre todo, poniendo el énfasis en la actitud de aquel que transmite y acompaña al hombre, al joven, en ese camino de conocer el mundo, anexando por parte del que aprende, esfuerzo e interés por el bien del mundo y que sean capaces de concebir un estado mejor como futuro posible, salvando y destacando las virtudes de la especie. Si pensamos en la sociedad actual, en los cambios políticos-económicos que sufren la modernidad y sobre todo la educación, nos podemos preguntar: ¿Qué significa la educación? ¿Qué sentido tiene la educación y qué es lo que implica? ¿Es meramente con el fin de aprobar algunos exámenes y obtener un empleo? ¿Cuál es el rol que cumple el docente en la escuela y la sociedad de hoy? Tanto si somos maestros como estudiantes en formación, ¿no es fundamental que nos preguntemos por qué educamos o se nos educa? ¿Y qué significado tiene la educación en la vida que llevamos? Nosotros generalmente nos preparamos para entender un pequeño rincón de la vida. Aprobamos algunos exámenes, encontramos un empleo, nos casamos, tenemos hijos, y después nos volvemos más y más como maquinas. ¿Es propósito de la educación ayudarnos a explorar, a buscar, lo que cada uno ha sido ‘llamado’, o sólo consiste en prepararnos para un oficio, para el mejor empleo que podamos obtener? Podemos indicar que la finalidad de la educación es la de crear alumnos reflexivos y razonables mediante la enseñanza de habilidades de pensamiento: ‘enseñar a pensar mejor’ se debe enseñar a pensar por sí mismos. El componente principal en la enseñanza del pensar es el establecimiento y el fomento de un ambiente en la clase, en la cual se transforman, cultivan y practican las habilidades, disposiciones y el sentido general del cuidado, constitutivo del buen pensar. Es por ello que lo constitutivo de la comunidad en el aula es la indagación, una comunidad reflexiva formada por individuos comprometidos con la exploración autocorrectiva y la creatividad. Desde mi punto de vista, lo importante sería destacar que en la finalización de una clase ideal, tanto el alumno como el docente, hayan podido modificar algún esquema previo de experiencias, esto sólo ocurre mediante el diálogo, y el intercambio de reflexiones entre ambos. El sujeto que aprende es potencialmente investigador, explorador, por lo cual es un hombre activo. Se sostiene una concepción de sujeto creativo, razonador, seguro de sí mismo, dable para el crecimiento personal e interpersonal, y desarrollador de la capacidad para encontrar sentido en la experiencia, descubrir alternativas, ser imparcial, coherente, capaz de ofrecer razones a favor de las creencias y diversas situaciones que se planteen. Para finalizar este trabajo, reflexionaré acerca de la vocación docente y su vinculación con la filosofía de la educación. La importancia que tiene la filosofía en la educación radica en las habilidades de razonamiento que esta proporciona. Se considera a la educación como una acción eminentemente humana, que establece y produce vínculos humanos, que se lleva a cabo en la cotidianeidad de nuestras vidas y que presenta una potencialidad transformadora de la vida social. El docente es el encargado de aceptar la responsabilidad de despertar la confianza y el cuidado para sentar las bases que constituirán las vías de las experiencias. Es decir, que tiene el compromiso de garantizar que sus alumnos dispongan de los medios, a lo largo de la discusión filosófica para defenderse de sí mismos. El cuidado, el respeto y la confianza del docente es sus estudiantes resguardan los procedimientos de la indagación; es el encargado de ayudar a los niños que entiendan e internalicen, a través de la comunidad, los procedimientos que constituye la investigación.

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